
Es así como tras un parpadeo se nubla la vista y una nebulosa le impide seguir. Tantea las cosas desesperado buscando en algún lugar algo que lo ubique en el espacio, pero es en vano. Sus pupilas dilatadas arden en fuego. Su boca se seca de pronto y el aire consume su tacto. De apoco el silencio colma la habitación y la ausencia de los pasos se convierte en broche de oro.
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