sábado, 4 de abril de 2009

Corazón helado


Había llegado la fecha de la ceremonia.Jamás hubiese querido tanto tener alguna marca en el rostro q la igualara a los demás.Su piel, debía ser pura sin pecado alguno, sin contar, de que debía pertenecer a la aristocracia inca.Es por eso que Cuztca debió partir a la montaña junto con sus dos hermanitos más pequeños.:-Esta noche, serán entregados como ofrenda a la montaña- les comunicó su padre luego de entregarles los ropajes que debían vestir.Lujosas prendas y llamativos adornos colgaban de los cuerpos inocentes de aquellos niños que no entendían por qué les había tocado semejante hazaña a ellos y no a algún otro.Cuztca tenía un enamorado, Kenotz, el cual había propuesto ir en el lugar de su amada, pero su sangre no era lo suficientemente pura como la de ella, así que sus esfuerzos fueron en vano.
Es por eso que esa misma noche, partieron todos los aldeanos de Kuzco a las heladas montañas Incas para ofrecer a los niños. La juventud de aquellas criaturas, la pureza de sus almas, representaba la imagen jovial y sana que todos recibirían por parte de la Montaña.
Los dejaron en la cueva de los sacrificios habiéndoles preparado un gran banquete. Pero Cuztca no quería probar bocado. Sabía que pronto su corazón se enfriaría al igual que el de todos esos jóvenes entregados.Se les obligó embriagarse con el vino que llevaron para no sentir el frío y así hacer mas calma su muerte.Poco a poco, sus ojos se fueron cerrando, y sus manos sujetaron con fuerza aquel pecho helado. No pudo mantener el ritmo del latido y segundos mas tarde se apagó por completo.

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